Resolver problemas es una de las principales formas de aprender matemáticas. Relacionado con la resolución de problemas se encuentra el pensamiento computacional, el cual incluye el análisis de datos, la organización lógica de los mismos, la búsqueda de soluciones en secuencias de pasos ordenados y la obtención de soluciones con instrucciones que puedan ser ejecutadas por una herramienta tecnológica programable, una persona o una combinación de ambas, lo cual amplía la capacidad de resolver problemas y promueve el uso eficiente de recursos digitales.
A diario usamos algoritmos, secuencia finita y ordenada de acciones o pasos, para realizar una tarea o resolver un problema. En el ámbito escolar y, concretamente, en el aula de matemáticas, estamos acostumbrados desde muy pequeños a usar algoritmos (para sumar, restar, multiplicar, dividir, factorizar números, obtener el máximo común divisor o el mínimo común múltiplo de dos o más números...) como pasos intermedios para resolver problemas. En nuestro ámbito personal o social, cepillarnos los dientes, sacar dinero de un cajero automático o elaborar un plato a partir de una receta de cocina son ejemplos de algoritmos. Las redes sociales y los portales de compra online funcionan gracias a la interacción de multitud de algoritmos.
La Inteligencia artificial (IA) dará mucho que hablar en los próximos años. Los estudiantes ya usáis algunas de las IA más famosas para uso educativo. El sustento principal de la IA son los algoritmos, luego, por este motivo, parte de nuestros esfuerzos deberían centrarse en saber interpretarlos, modificarlos y crearlos para poder entender cómo se obtienen los resultados que nos ofrecen las máquinas y poder evaluarlos de una manera crítica.
Motivados por este nuevo, complejo y desafiante escenario, creemos fundamental contribuir a modelizar situaciones del mundo real o del ámbito propio de las matemáticas, potenciando y ayudando a cualquier miembro de nuestra comunidad educativa y a las personas de nuestro entorno social (presencial o en red) a abordar la resolución de problemas desde la óptica del pensamiento computacional.
«El pensamiento computacional es una habilidad fundamental para todos, no sólo para los informáticos. A la lectura, la escritura y la aritmética, deberíamos añadir el pensamiento computacional para mejorar la capacidad analítica de todos los niños.»
Jeannette Wing