El desafío de la interculturalidad
Las sociedades, que son cada vez más un punto de encuentro de mosaicos
culturales y étnicos no siempre han convivido en armonía y tolerancia, y
de la necesidad de interrelacionar las diferentes culturas que
conforman el cuadro de la sociedad ha surgido la necesidad de hablar de
sociedades interculturales.
La diversidad cultural es una riqueza y, al mismo tiempo, un desafío educativo, social y político que tiene relación directa con el modelo de integración y cohesión social que se quiere construir desde una perspectiva intercultural.
En contra de la idea de asimilación enérgicamente impulsada por algunos sectores políticos y sociales, es necesario construir un ethos civil compartido, regido por una ética pública, a partir del diálogo entre culturas, que haga posible la convivencia en una sociedad al mismo tiempo plural y cohesionada, y que incluya el respeto de los intereses y las identidades culturales de las minorías.